08/05/2024 por Amapex Environment
LA BIOTECNOLOGÍA Y SU IMPORTANCIA EN UNA GESTIÓN DE AGUAS EFICIENTE
Parece irónico que en un planeta donde el 70% de su superficie es agua, la falta de este bien nos condicione de tal forma que tengamos que controlar y restringir su uso. I sí, podemos estar rodeados de agua, pero esto no debe crearnos la falsa realidad de que tenemos agua ilimitada. Los humanos no necesitamos cualquier agua para sobrevivir y desarrollar nuestra actividad, necesitamos agua de calidad. […]
Cuando hablamos de agua de calidad, nos referimos a aquella apta para consumo doméstico o para desarrollar nuestras actividades tales como la agricultura o la industria. Vivimos en un planeta que contiene 1386 millones de kilómetros cúbicos de agua, una cantidad inimaginable. Sin embargo, el agua que nosotros necesitamos tiene que ser dulce y resulta que esta solo representa un 2,53% del agua de la tierra. Podríamos seguir pensando que este porcentaje es más que suficiente teniendo en cuenta los millones de kilómetros cúbicos mencionados anteriormente, pero para nuestra mala fortuna, solo un 0,15% del agua dulce es accesible. De esta forma, el agua dulce accesible solo representa el 0,0038% del agua de la tierra.
Debemos entender que, por mucho que el agua no desaparezca del planeta y siga su ciclo constante, lo que sí que disminuye es el porcentaje de agua de calidad, siendo la industria y su poca ética medioambiental el principal culpable. La industria es el segundo gran consumidor de agua en el mundo, superado solamente por la agricultura, y gran parte del agua que consume es devuelta al ecosistema con grandes concentraciones de contaminantes y materia orgánica. En un pasado quizás no nos suponía un problema, puesto que la demanda de agua era mucho menor y, aun sabiendo que estábamos perjudicando al ecosistema, mirábamos hacia otro lado. Es ahora, años después, tras un crecimiento notable de la población y un aumento de la demanda de productos agrícolas, cuando necesitamos el agua desperdiciada en los años anteriores. Es por eso que nos vemos obligados a optimizar el consumo de agua y buscar nuevas formas de preservarla para poder reutilizarla.
La necesidad de tratar las aguas residuales es evidente, pero lastimosamente solo una parte de las aguas residuales generadas por la industria son tratadas debidamente. El elevado coste de los tratamientos actuales supone un gran esfuerzo económico para aquellas empresas que cumplen la normativa vigente de emisiones de aguas, y lleva a otras a optar por métodos fuera de la legalidad, asumiendo que una posible sanción equivaldría a los costes del correspondiente tratamiento. Aun así, en muchos casos es el desconocimiento de las empresas sobre la composición de sus contaminantes y los métodos existentes lo que eleva los costes de depuración, puesto que les hace optar por métodos convencionales, como estaciones de depuración externas, cuando podrían optar por métodos más específicos y eficientes
Una correcta gestión de aguas empieza por conocer su composición. Cada contaminante tiene una estructura diferente y es en torno a esta información en que nos hemos de basar a la hora de elegir el tipo de tratamiento. Un aspecto importante en el proceso de examinación de los contaminantes es diferenciar los compuestos orgánicos, ya que estos son biodegradables y pueden ser eliminados fácilmente mediante tratamientos biológicos. Para eliminar la materia no biodegradable se necesitan métodos más complejos, que suponen un gasto elevado dependiendo de los parámetros de oxidabilidad de la materia contenida en las aguas. En muchos casos, el uso de tratamientos biológicos es suficiente para llegar a los parámetros deseados y, si no se alcanzan, reducen el gasto del posterior tratamiento, aumentando la rentabilidad de la empresa.
En Amapex, llevamos años apostando por la biotecnología, estudiando y diseñando sistemas para empresas que optan para una gestión sostenible y eficiente de las aguas. Nuestra biotecnología utiliza cepas bacterianas seleccionadas genéticamente que eliminan de forma rápida los compuestos orgánicos del agua, reduciendo así drásticamente los parámetros de oxidabilidad del agua, como la demanda química de oxígeno (DQO). De esta forma, o bien alcanzamos los niveles de calidad de agua requeridos o bien disminuimos considerablemente el posterior coste de depuración, generando en ambos casos un aumento de la rentabilidad. Muchos de nuestros clientes actuales no eran conscientes de la importancia de analizar al detalle los contaminantes de sus aguas y se centraban únicamente en sus parámetros de oxidabilidad. Una vez hemos empezado a colaborar, hemos conseguido optimizar sus sistemas de tratamiento de aguas, adaptándolos a las circunstancias de cada cliente para obtener los mejores resultados tanto para la empresa como para el ecosistema.
Nos queda un largo camino hasta conseguir un modelo de emisión de aguas totalmente sostenible, pero el primer paso es incorporar la biotecnología a los sistemas actuales para mejorar su eficiencia y la calidad del agua devuelta al medio ambiente.